Al califa Mostasim Billah (último califa abasida) se le encontró el mayor tesoro de oro, plata y piedras preciosas que jamás se vio en poder de hombre alguno. En el año 1255 el gran tártaro Hülegü, hermano del Khan actual, reunió un gran ejército, se lanzó sobre Bagdad y la tomó por la fuerza. Fue una gran victoria, porque Bagdad disponía de más de cien mil jinetes, sin contar los infantes. Y cuando Hülegü la tomó, comprobó que el califa tenía una torre llena de oro, plata y otras riquezas, un tesoro como jamás se había visto igual. Cuando Hülehü lo vio, mucho se maravilló, y mandó llamar al califa cautivo, al que dijo: “Califa, ¿por qué has juntado tan gran tesoro? ¿qué pretendías hacer con él? Cuando supiste que yo venía contra ti, ¿por qué no pagaste a más jinetes y soldados para que te defendieran a ti y a tu pueblo?.” El califa no supo responderle, y entonces Hülegü le dijo: “Califa, ya que estimas tanto las riquezas, te las voy a dar para que las comas”. Y lo mandó encerrar en aquella torre ordenando que no se le diese de comer ni de beber. Y concluyó: “Y ahora, sáciate con tu tesoro.” Cuatro días vivió hasta que fue hallado muerto.
Marco Polo. Libro de las maravillas del mundo. Madrid: Cátedra, 2008. pp. 115 y 116.